Con su formidable reputación, el Monte Kinabalu se alza majestuoso sobre Kota Kinabalu, la capital del estado de Sabah. Envuelto en el mito y misterio, el pico más alto del sudeste asiático domina el horizonte por quilometros y actúa como un imán para los peregrinos deseosos de ponerse a la prueba con su mole elevada. Para las parejas aventurosas, escalar la montaña es como un rito de iniciación. Vistas tremendas y un impresionante paisaje son solo algunas de las recompensas por los esfuerzos de los escaladores.  Aunque el trayecto hasta la cumbre de la montaña sea frequentemente recorrido, el ascenso sigue siendo un desafío digno. En el primer día, los huéspedes suben de manera constante pero segura a través de los bosques antes de pasar la noche en el hostal de Laban Rata. El ascenso final a la cumbre al día siguiente comienza por la madrugada. Con la oscuridad a su alrededor, es tal vez la parte más difícil de la caminata, pero las vistas del amanecer desde la cumbre ofrecen una amplia recompensa.

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